viernes, 21 de noviembre de 2014

Una del monton

Yo trabajé en una agencia, bueno en 2 pero como que eran lo mismo.

La primera para la que trabajé, fue un poco errante, siempre teniamos problemas con el lugar, que debiamos irnos o era complicado llegar-ahora recuerdo que fueron 3- pero siempre volvía a ella por la seguridad de la gran cantidad de clientes que tenía.

En esta agencia yo impuse mi horario, que era como horario de trabajo, llegaba temprano, mas que todas las  otras chicas. Siempre llevaba algo para que el cabron, su pareja y yo desayunaramos; puesto que en el sur hace mas frio que poto de pinguino llegaba y me acostaba entre ellos dos, prendiendo sobre la cama los 5 mil telefonos que tenían - en realidad eran como 25- los prendía uno a uno, a pesar de que no eran todos mios (con mios me refiero a que estaban publicados con mi nombre) y leia los mensajes, normalmente eran las llamadas perdidas de la noche, pero había uno que otro con el típico "donde atiendes", "estas trabajando", "cosita puedo ir a verte" o "hola cosita linda como estás" -acaso no entienden que los telefonos de las escort pocas veces tienen plata?- bueno el que quería datos por mensaje debe haberse sentido muy desilucionado al no recibir respuesta.

Entonces empezaba mi labor de telefonista, mientras estaba con el cabron yo debía ser todas las chicas, a veces él tambien era una chica ajajajaj - si, tenía mas voz de mina que la Cecilia Serrano- y debía decirle a los machos al telefono que vinieran nomas, incluso hacerme pasar por ellas, pero eso era solo mientras él estaba al lado. Aunque nunca se enojó conmigo prefería evitarme el mal rato de que me dijera amorosamente "esta maraca reculiá contesta bien esas cagás de telefonos". Normalmente los hombres no follan en la mañana - no sé que tanto le dan con su erección matutina si al final es puro pipí- uno que otro llegaba arrancado, a un cortito con el frio de la mañana. Así que yo podía desayunar tranquila, lavar mi tasa, prender la tele y comenzar a temperar el departamento, -ahora que lo pienso yo hacía todo mientras que mi cabron y su pareja estaban calientitos en su cama, puta que era weona-. Cuando el cabrón se levantaba, le voy a poner Chulo, cuando el chulo se levantaba... jajjaa no mejor no, otro nombre: Mabri (hay un mabri que me cae mal, bueno 2 asi que es el nombre apropiado). Cuando Mabri se levantaba se tomaba un cafesito a la rápida, hacía zapping, miraba el cuaderno de las atenciones de los dias anteriores y decía que hoy iba a ser bueno, para él todos los días tenían un motivo para ser buenos. Su pareja, seguía en la cama. Luego empezaba a hacer las hojas de los avisos, algunos eran los mismo, revisaba en los telefonos a cuales habían llamado mas y esos eran los que se conservaban. A veces me pasaba una hoja, y mirabamos el diario para copiar ideas, a mi no me gustaba hacer avisos para el diario, era como estar escribiendo como Tarzan, pero bueno era como lo único que se podía hacer mientras no llegaba un hombre a darme dinero y sexo, dinero primero obvio - para que yo le diera la mitad a mi Mabri querido, la muy sacoweas- Despues me iba a la pieza que teníamos destinada para atender, prendía tambien la tele de ahi y buscaba mis series de comedia o ciencia ficcion mientras deshacía la cama y la reordenaba, al menos en ese horario no tenía que tragarme las pinches teleseries que miraban las otras chicas, ni la rosa de Guadalupe, ni lo que callamos las mujeres, porque si fuera por contar lo que callamos estoy segura de que hay mucho que los hombres tambien podrían aportar a las teleseries venezolanas. Mientras yo hacía eso Mabri se iba a publicar, a depositar lo ganado del día anterior. Se ponía sus pantys, si pantys de lana, su pantalón negro desteñido, su poleron blanco con franjas grises y sus zapatillas compradas en calzados Beba, su gorro de lana y sus lentes nunca entendí su estilo hipster-flaite-indigenteconfrio. Mientras estaba en el centro su pareja se levantaba y tomabamos otro café juntos, esperando el llamado que nos confirmaba lo que habría de almuerzo ese día, uno que yo también debía pagar, de a poco empezaban a llegar las chicas, siempe con sus dramas y cansadas porque el ascensor estaba ocupado y debieron subir por la escalera. La Jazmin siempre llegaba muy abrigada, vestida como una viejita desaliñada con una boina negra sobre sus rulitos, un abrigo grande y una bufanda que le tapaba media cara, dejaba sus cosas en la cocina-closet y se nos unía con un café, ella siempre tenía cara de frío, nos contaba cosas de su niñita, de su marido golpeador, siempre eran problemas. Despues llegaba la Vale con su tremenda energía, como de mujer del trópico y su tremenda sonrisa, tambien era crespa y tenía, tiene, un tremendo tambembe por el que los hombres hacían fila, pero pagaban poco buuuu cagados!!! ella siempre llegaba a contarnos las maravillas de sus hijas, su casa, su amigo, entonces hablabamos de los clientes, era nuestro tiempo de relajo y la vale ponía su primera novela. Cuando llegaba Mabri almorzabamos las 3 en la mesita de centro con todos los telefonos al medio, cada una con los suyos ordenados, tenían los tonos que habíamos elegido así que siempre sabíamos de quién era el celu que sonaba, aun me pasa que cuando escucho el mismo tono recuerdo a la Jazmin, a la Vale o a mi. Almorzabamos asi, mirando tele, yo obviamente sin entender por qué la mala de esta teleserie ayer era buena y andaba con el otro,  se me confundían los personajes con tanta mezcla de nombres, para mi era siempre la misma, el mismo llanto y la misma trama, pero las chicas sufrían, se distraían de sus teléfonos hasta que Mabri les daba un grito desde su pieza "Contesta tu telefono Puta!" era como en tono de broma y advertencia. Contestabamos comiendo hasta que alguna decía "ya, en que parte estás" esa era como nuestra señal para levantarnos, ordenar un poco y tirar algo para que se vaya el olor a comida del living mientras que la que contestaba comenzaba a sacarse la ropa rapido y buscar la que debía ponerse "si sube nomas, me tocas el timbre en la puerta" y ahí comenzaba a correr, se arreglaba un poco, y esperabamos en silencio que el tipo llegara, siempre mirabamos todas antes de abrir, mas por morbo que por miedo, y nos escondíamos en la cocina a esperar que lo metiera a la pieza, luego al baño y finalmente se encerraran a hacer lo suyo. Cuando las dos restantes habíamos terminado de comer nos poníamos a jugar a las cartas e iíbamos contestando los celulares alternadamente, como había tantos cada cierto rato le pasabamos uno a Mabri para que les contestara él muerto de la risa, despues nos lo devolvía diciendo "ese va a venir seguro, lo dejé mas caliente" -mas de alguna vez cuando me llamaron, el que les calentó la sopa era un hombre- Cuando escuchabamos el pestillo adicional de la puerta de la pieza corríamos a la pieza de Mabri o a la cocina para que el cliente no nos viera,  a mi me gustaba irme a la pieza de Mabri porque podía ver desde ahí la cámara que apuntaba a la pieza y ver como se despedían, se veían algunos agarrones locos, o un beso apasionado, a veces solo era un chao pescao! - la cámara no gravaba, solo era para nuestra seguridad así que no se alarmen-