viernes, 30 de enero de 2015

Daño sin dolor

Nunca pensé realmente cuánto daño podría llegar a hacer si alguien se entera de mi doble vida. No pensé en mi familia concervadora, ni en mis hermanas pequeñas ni en mis hermanos. Mi mamá, creo que nunca sabremos cómo va a reaccionar esa señora, mi papá intentará matarme. En cuanto a mi pareja, creo que será el que mas sufra, su amor no es tan grande como para perdonarme, esto es algo que lamentablemente nunca saldrá de su cabeza. Como esa semilla de duda. Yo se cuanto pánico le causa este nombre, pero ya no puedo hacer mucho por cambiarlo. Es lo que es, lo que yo he ido creando con mis mentiras.

No quiero hablar del miedo, me gustaría mantener mi imagen de mujer independiente de los sentimientos, ser liberal como es Dani.


Hace algún tiempo ya, he estado pensando en mis abuelas, en cómo hablan de su pasado, quizas yo termine contandole a mis nietos con cuantos hombres me acostaba en el día. Con 15 fue mi máximo, ni siquiera los recuerdo a todos. De ese día, prometo escribir, solo recuerdo el primero y el último, y las muchas duchas intermedias, ha! Y el ardor al otro día.

Estoy segura de que mi falta total de interés por el sexo masculino, mas bien el prototipo de hombre guapo, es por la pega. Porque me comí minos guapísimos, de esos que seguramente se calientan cuando se miran al espejo de tan ricos que son, pero como que ya no tienen gracia. Cada cierto tiempo me calienta un tipo de hombre distinto, paso por el viejo cincuenton al pendejo flaite, al de pelo largo, al peludo, al flaquito de lentes. Qué pensaría mi familia si supieran que estoy mas recorrida que mi prima, la eterna soltera que cambia de pololo semana por medio y de amante cada dos semanas. Creo que ella es la que mas me va a pelar.

Y las preguntas? Mierda, me acosarían con preguntas, me imagino al pobre de mi pololo sentado en la orilla de la cama llorando a moco tendido, preguntandome por qué nos hice esto, no lo se la verdad, porque si he trabajado en cosas normales y ganado bien. No tengo un motivo, quizás me gusta la weaita y no me he enterado porque mi subconsciente no me permite reconocerlo. Mi mamá me preguntaría cómo aguantaba a los viejos rancios, obviamente ninguno de uds lectores, bueno.... Cerrando los ojos, nose tampoco, aaaah no sé nada, porque igual los miraba, aunque a veces me molestaban sus chupeteos igual estaba ahí sin desagradarme totalmente, saltando encima de esas guatas peludas. Mi pobre vieja no va a aguantar los pelambres.

Solo quiero asegurarme que no se sepa, cuidar mis pasos hasta que los que me importan estén muertos o bien ya sea un pasado tan lejano que no me importe. Pero no puedo hacerlo lejano si sigo al paso que voy. No sé cuando mierda voy a apagar ese celular.

No hay comentarios:

Publicar un comentario